A los setters les tocó ir tras las patirrojas, que este año a parte de ser muy escasas, son bravísimas.Por contra, los continentales estuvieron cazando anátidas.
De todos ellos disfrutamos al máximo. Os dejamos algunas fotos que dan fe de ello.
Tuve la suerte además de saborear un momento de especial intensidad, ya que cuando mi amigo Raúl y yo esperábamos a los azulones cerca de un maizal recién cosechado, al llegar a comer pasaban por encima de nuestras cabezas, a escasos metros. El aíre silbaba como si de cohetes se tratase. La verdad que los tiros eran complicados, ya que apenas quedaba luz.
Momentos únicos al lado de nuestros inseparables perros.
Soccer en muestra a las patirrojas
Nuestro Michael Phelps
El cobro fue costoso y muy bonito
Bello ejemplar de un kilo y doscientos gramos
¡Se nos estropeó el flash!
Hermosos ejemplares
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