lunes, 18 de diciembre de 2023

BECADAS 2023.

 En una temporada en la que las becadas se han hecho esperar, es ahora el momento de disfrutar con ellas. 

Aunque la densidad no es la deseada, pues siempre queremos que nuestros perros tengan más oportunidades, no nos podemos quejar y se van dejando ver por nuestros montes.

Alguna picuda ha comido aquí.

Hablar de becadas es hablar de lances inolvidables y si encima tienes la suerte de tener un compañero de fatigas que las sabe encontrar y tratar, entonces puedes considerarte muy afortunado.
En mi caso, hablar de becadas es hacerlo a la par de un perro que me cautiva con su forma de cazarlas. Se trata de Jay del Alto Pas. Un perro que hace fácil lo difícil, quizás no es el más espectacular, ni tiene una gran andadura, pero su inteligencia y nariz son superlativas. Estas cualidades le hacen llegar a las becadas y atraparlas en una especie de magnetismo con su muestra, dejando llegar el cazador a  rematar el lance con total tranquilidad.

El fenómeno en muestra a becada en el pinar.

Dominándolas en las encinas.

Esta becada que ves en la foto inferior nos hizo pasar un rato trepidante. Del infierno al cielo en tan solo unos minutos.
Después de más de una hora de búsqueda, Jay del Alto Pas cae en muestra, nuestra drahthaar Zurita de Caaveiro a patrón. Me da tiempo a llegar, veo la sorda en el suelo, casi la puedo tocar. 
Sale volando poderosa, enérgica. Me confio, la veo en el morral, pero ella es más lista, más hábil y se va después de haberla asustado con tres tiros sin apuntar.
La sensación de fallar a los perros es horrible, muy dura para el cazador. Después de intentar buscarla, por si algún perdigón la hubiera tocado, iniciamos la rebusca, lenta, metódica, silenciosa.
A unos 100 metros de donde la levantamos, los perros se vuelven locos, cogen rastro de un peón, luego lo pierden, a los pocos metros vuelven a coger rastro. Una locura. La becada nos está engañando. La perdemos. Intentamos buscarla por donde creemos que nos está dando esquinazo, pero no, por ahí tampoco.
Ampliamos un poco más la búsqueda y ¡vualá! Otra vez Jay del Alto Pas en muestra. Corriendo buscamos al tremendo setter y al llegar, la estampa no puede ser más hermosa. Creo que el perro la tiene bloqueada a menos de un metro. Intento colocarme, es una zona de difícil acceso por la densidad de vegetación, pero logro acercarme lo suficiente para ver salir el sordón a escasos dos metros de mí, como un faisán, y con la rodilla en tierra trato de apuntar a la hermosa ave. El primer tiro se lo lleva enterito el tronco de una encina, los otros dos logran abatir a la hermosa becada.
El resto es música celestial. "Ven bonito, cobra, grande, grande Robin". 
Como me haces disfrutar.


Momentos únicos. Siempre con setter y drahthaar.




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