lunes, 1 de febrero de 2016

A ZORZALES EN EL ENEBRAL.

Amaneció un día frío el domingo, último día de caza aquí en Soria.
Una niebla espesa y alta dejaba cazar, aunque el frío y la humedad se hacían latentes.
Decidimos dejar a las perdices tranquilas, para no castigar más los bandos ya diezmados.
Una buena alternativa, los zorzales. Cientos de ellos pasan el invierno en nuestros enebrales, que les proporcionan alimento y comida.
La verdad que pasamos un buen rato intentando abatir a estas pequeñas aves, que con sus piruetas driblaban de forma espectacular nuestros disparos. 

Zorzales real, alirrojo y charlo.


Observad la diferencia de tamaños.

Zorzal Real.

Vista de la espalda de cada uno

Alirrojo

Charlo, el zorzal más grande.

Nos faltó abatir un zorzal común, pero no era el día.
Zorzal común



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